La llave

Tengo guardas en caja de madera el aliento de mis palabras cansada, los gritos frió de la media noche donde el sueño se confunde con la realidad, los pensamientos aun no realizados del niño que se convirtió en
  hombre antes de tiempo, pero no se donde puse la llave de aquel maldito candado y por mucho que busco no la encuentro.
No es mi deseo folsar el candado, pues estos no deben de salir sino cuando ellos quieran, seguiré buscando entre cajones del viejo desván, pero ya sin tiempo porque las polillas empezaron a hacer de suyas y la vieja madera carcomía se desprende a pedazos, y los alientos se salen sin rombo y sin nadie que los guíe.